Clásico Desabrido
Sin duda que los clásicos regiomontanos siempre nos llenan de emoción y sobre todo mucha pasión. Pero futbolísticamente hablando, el partido de mañana no parece lucir espectacular por ningún lado.
Monterrey ocupa el lugar 11 y Tigres el 15 en la tabla general de los 18 equipos del futbol mexicano. Monterrey tiene 8 goles a favor, de los cuales Humberto “El Chupete” Suazo ha anotado 6. Tigres tiene 7 goles a favor. En contra, los Rayados tienen 7 goles mientras que a los de la UANL les han anotado en 13 ocasiones.
La mejor ofensiva del torneo es la de las Chivas, que ha anotado 17 goles, por lo que la diferencia es notable.
Si a los números nos referimos éste no parece presentarse como un partido de muchos goles. Si Tigres logra anular a Suazo, Monterrey se quedaría sin gol. Y Tigres, aunque viene generando opciones de gol, no ha sido muy asertivo a la hora de mandar el balón al fondo de las redes.
Defensivamente, Tigres ha mejorado desde la llegada de Lapuente ya que en tres partidos no ha recibido gol. Y de los 13 que tiene en su contra, 6 fueron contra el Pachuca, es decir, viéndolo fríamente, en las otras 7 jornadas sólo ha recibido 7 goles. Monterrey, al contrario, aunque ha recibido una menor cantidad de goles, suele cometer errores muy notorios a la hora de defender su marco.
Tigres en calidad de visitante, sólo ha acumulado 2 de 12 puntos posibles, gracias a dos empates rescatados. Monterrey, de local, ha obtenido la mitad de los 12 puntos disputados, con una victoria y 3 empates.
Ok, sí, eso es futbolísticamente hablando.
Nos queda la ilusión de que la pasión, la entrega, y el amor a la camiseta de los jugadores pueda rescatar al clásico regiomontano y hacerlo un partido emocionante, interesante y con buen sabor. Pero, mmm, por ahí, creo que tampoco hay mucho de donde sacar jugo.
Jugadores de los equipos regiomontanos en décadas pasadas han reiterado que la entrega de los jugadores ya no es la misma. Y yo, estoy de acuerdo. Con tanta rotación de jugadores, su estadía en el equipo es pasajera y no logran –en ocasiones– identificarse con los colores de la institución.
No llegan realmente a sentir lo que es defender la piel Tigre o la piel Rayada. No se comprometen al 100% ni con la institución, ni con sus compañeros y a veces ni con la afición.
Por ejemplo, Gastón “La Gata” Fernández, quien declaró que en caso de meter gol, no celebrará por respeto a los Rayados que en el pasado fue su equipo. De acuerdo, no hay porque faltarles al respeto, pero su equipo ahora es Tigres, y creo que a menos que hiciera alguna señal ofensiva, no es falta de respeto estar haciendo el trabajo para el cual lo contrataron: jugar futbol y meter goles.
Así que el clásico pasa a ser un partido más de 3 puntos. Sí, con un poco más de pasión y de color, pero nada más.
En fin, la mercadotecnia y el negocio han cambiado al futbol, sin duda. Pero no por esto deja ser un deporte que apasiona, que se siente, que emociona a gran número de personas. Jugadores van, jugadores vienen. Jugadores surgen, jugadores se esfuman. Pero nosotros, la afición, seguimos y seguiremos.
El amor a la camiseta es algo que debe mantenerse y hasta revivir un poco. Pero no es algo nada más de los jugadores, si no de todo el medio futbolístico.
Por lo pronto, yo me quedo con la esperanza que mañana en el clásico además de un buen partido, veamos a los jugadores entregados. Que haya un gol y tanto jugadores, directiva y aficionados gritemos con una euforia desmedida…
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