Ansiado Otoño

Emoción. Decepción. Récords. Lesiones. Sacrificio. Jugadas de ensueño. Pelotazos. Pleitos. Barridas. Home runs. Errores. Rectas. Curvas. Ponches. Robos. Velocidad. Precisión.  ¿Quién dice que el beisbol no es emocionante?

Hasta la temporada pasada, calificaba el primer lugar de cada división y un comodín (el segundo lugar con mejor récord). El nuevo formato que entró en vigor esta temporada, estipula que califica el primer lugar de cada división, y los dos mejores segundos lugares. Estos segundos lugares, son quienes en un partido, se juegan entrar o no a los playoffs.

Este formato, imprimió gran emoción al cierre de la temporada. A tal grado, que había 4 partidos que en el juego  162 de la temporada, definían los brackets de playoffs. Washington ganó y aseguró la ventaja de ser casa en todas sus series de playoffs.  Oakland, que hasta el 30 de junio iba 13 juegos atrás de Texas, le ganó a los Rangers los últimos 3 juegos de la temporada, arrebatándole el liderato divisional.

Los Yankees, con una contundente victoria sobre Boston, sellaron su primer lugar. Y Texas será casa  –a pesar de su derrota-, porque Baltimore no ganó su último partido.

El viernes, en un solo partido por Liga, los comodines se juegan su  permanencia en la postemporada.  Por la Liga Nacional, Atlanta recibirá a San Luis mientras que en la Americana, Texas recibirá a Baltimore.

Nueva York (Yankees) es el equipo que enfrentará al ganador del juego de comodines, mientras que Detroit y Oakland definirán al otro finalista de la Liga Americana. Washington que terminó con el mejor récord de la Liga, jugará su primera serie de playoffs contra el ganador del juego de comodines; San Francisco y Cincinnati son los otros equipos que buscarán representar a la Liga Nacional  en la serie de campeonato.

Ya con los duelos de postemporada casi definidos en su totalidad, no puedo dejar de mencionar la otra cara de la moneda: los fracasos. Boston, que tuvo una campaña para el olvido, quedó en último lugar de su división, con un porcentaje de partidos ganados de .426 y 26 partidos detrás de los Yankees. Y Pittsburgh, que a pesar de un buen inicio, no pudo sostener el ritmo ganador ligeramente arriba de .500 y terminó su temporada 20 de forma consecutiva con marca perdedora.

De forma individual, lo más destacado es la triple corona que logró Miguel Cabrera de los Tigres de Detroit, hazaña que desde 1967 nadie había logrado. Terminó como líder en porcentaje de bateo (.330), home runs  (44) y carreras impulsadas (137). Habrá que ver si culmina su gran año haciendo campeón a los Tigres, que obtuvieron su último campeonato en 1984.

El otoño ya llegó, la recta final empieza mañana. Para los 4 comodines, no importan los 162 partidos previamente jugados. Un partido, el viernes, define su temporada. Los otros 6 equipos calificados aguardan los resultados. Y para las otras 20 escuadras se acabó la temporada y no hay más que pensar en los ajustes necesarios para tener una mejor campaña en el 2013.

Los aficionados estamos listos. La mesa está puesta. ¿Quién quiere el trofeo? Hagan sus apuestas. ¡Playball!